divendres, 27 juliol, 2018 - 17:30
per Kevin Guerrero
Humor negro, relaciones humanas y sonidos etéreos.
Mi primer contacto con Nico Roig fue en el marco del proyecto 4 Raons, en el año 2012. Recuerdo entonces lo sorprendido que me dejaron la intimidad y cercanía de su propuesta, y en especial sus letras, su costumbrismo inundado de humor negro e ironía que difícilmente dejó indiferente a ninguno de los presentes.
El sábado pasado lo volvió a hacer. Nico Roig, acompañado de Juan R. Berbín en la batería y en los acompañamientos electrónicos, en un formato íntimo hizo un recorrido por su carrera en solitario, envolviendo la terraza de La Capsa de historias y reflexiones sobre la vida con temas como Tocadiscos, también sobre la muerte con La Iaia o bien sobre las relaciones humanas con Les dones macabres. Sus letras parten del dialogo consigo mismo y por ende, con uno mismo; te dañan y te curan, te hacen emprender un viaje de emociones desde lo cotidiano, desde la crudeza de la vida y desde el humor. Porque todas y todos nos sentimos alguna vez como una gamba que han sacado del mar, o nos preguntamos qué estamos haciendo tan mal para estar tan contentos.
Si bien en sus dos primeros discos, Tonada del genoma humà (2011) y Les Dones Macabres (2013) la importancia de las letras era predominante sobre lo instrumental, en su último trabajo Vol.71 (2016) la música tomó un papel protagonista; este sonido se trasladó el sábado a la interpretación de los temas de sus primeros álbumes, que, aunque mantuvieron el toque onírico y etéreo que los caracterizan, sonaron más graves y expresionistas que hace seis años.
foto per Gabri Guerrero
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