#8M

Març 2020

Se nos viene un nuevo 8 de marzo, un nuevo encuentro feminista que sigue siendo necesario como el primer día, aunque algunos lo cuestionen. El feminismo, como movimiento transversal, debe ser el eje desde el cual se vertebren todas las políticas públicas y debe ser la fuerza de la transformación cultural necesaria para frenar las voces que buscan retrotraer los avances que se han ido consiguiendo a los largo de los años, desde las propuestas de recortar juzgados de violencia machista que nos llegaban desde el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya a la igualdad laboral y salarial y a la visibilización y reconocimiento de las mujeres en todos los campos de la vida pública y privada.

Es urgente y necesaria la transformación del modelo económico, que debe plantearse con perspectiva de género, para que el progreso económico deje de sustentarse sobre los hombros de las mujeres que contribuyen con sus cuidados y su trabajo injustamente gratuito a lo que en su momento fue la materialización del Estado del Bienestar y, ahora, a que la crisis que aún nos azota no fuese más cruda de lo que es. Todas esas mujeres que se han visto y se ven abocadas a cuidar hijas/os, nietas/os o familiares enfermos y a capear crisis económicas con sus cortas jubilaciones deben ser reconocidas y remuneradas, deben tener derecho a bajas y jubilación y todas deben tener acceso a políticas públicas que impidan que sus progresos personales y profesionales se vean truncados o limitados por tener que elegir entre trabajar o cuidar a su entorno. Un verdadero Estado del Bienestar no puede construirse ignorando que los cuidados deben ser política y economía, porque para las mujeres eso supone el inicio de la verdadera emancipación

Sandra Daza Puente
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